SOCIEDADES ANONIMAS

MINISTERIOS CON VERSIONES OPUESTAS

El ministro De Lima afirmó que no existe interés de la OCDE, sino del MICI; sin embargo, la entidad descartó su manejo.

 

PANAMA.

 El Ministerio de Comercio e Industrias (MICI) descartó su participación en las modificaciones de la Ley de Sociedades Anónimas, luego que el titular de Economía y Finanzas, Frank De Lima, afirmara la semana pasada que esta entidad estaba evaluando cambios.

“ El MICI informó que actualmente no ha presentado ni evaluado ninguna propuesta que pretenda modificar la Ley # 32 de 1927 ( Ley de las Sociedades Anónimas), como tampoco se ha presentado ante el Consejo de Gabinete un proyecto de ley para ese fin”, destacó la institución en un mensaje enviado a La Estrella.

La Prensa, a través de una investigación previa, conoció de conversaciones a lo interno del Órgano Ejecutivo con el objeto de evaluar la Ley 32 de 1927, acciones basadas en tres principios básicos: eliminar el velo corporativo, revelar tanto el porcentaje de participación como los accionistas que integran las sociedades y que dichas acciones sean al portador.

Ante  esto y tras el interés que mostró la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de que Panamá evaluara el tema de las sociedades anónimas hace unos meses, se consultó al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) si las nuevas modificaciones eran evaluadas por esta cartera que está en comunicación permanente con el grupo internacional; sin embargo, De Lima expresó que la intención era del MICI.

Por su parte, De Lima contó que leyó la investigación de La Estrella sobre el tema de los cambios a las sociedades anónimas panameñas, pero destacó que ni la OCDE ni el Ministerio que él dirige lo estaban evaluando.

Para juristas como Mercedes Araúz de Grimaldo, Panamá no puede evaluar cambios a las sociedades anónimas que atenten con revelar el velo de la confidencialidad de las acciones al portador, “porque nos crearía una desventaja con otros países como Estados Unidos”.

Durante estos años algunas sociedades anónimas se han visto envueltas en actos delictivos y su carácter de confidencialidad impidió conocer a sus dueños.